Practica meditación zen desde niño. Durante años trabajó como gerente de la red de hospitales psicosomáticos Oberberg en Alemania y en la actualidad ofrece servicios de consultoría y coaching e imparte cursos de meditación zen. En los próximos meses, este maestro zen y director del centro Benediktushof en Holzkirchen asistirá a unos de los más importantes congresos de ciencia y meditación que se celebran en Alemania. Hablamos con Alexander Poraj de espiritualidad, de meditación y de la (im)posibilidad de amar.
“Lo que se está investigando es sólo el comienzo de todo lo que se puede medir”
Usted utiliza en su trabajo como herramienta las constelaciones, no sólo familiares. ¿Se justifica su uso terapéutico?
La constelación no es medicina. No es un milagro que lo sana todo ni estar en contra lo explica todo. No hay que subirlas al cielo ni bajarlas al infierno. Funciona de manera espontánea y con detalles sorprendentes, pero no es una pastilla, sino un diagnóstico. No tiene que ver con quitar algún tipo de malestar, por eso es al menos resulta raro relacionarlas con el mundo de la salud. Para nosotros constelar es una manera de hacer visible una dinámica. Se trata de un método de visualización, que hace visible algo y puede ser aplicado para hacer visibles dinámicas, no solo aplicadas a la familia sino también, por ejemplo, a la empresa. En Alemania es un método muy extendido que se aplica para hacer visibles dinámicas, pero no es un método de la medicina y esto es muy importante.
En España están consideradas “pseudociencia”. ¿Qué opina?
No tengo una opinión al respecto. No existe explicación científica según el paradigma clásico, sí hay teorías físicas que explican por qué este conocimiento puede servir. Los que están en contra aplican cierta visión científica y lo que están a favor aplican otro paradigma. Medicina y psicología no son ciencias exactas sino empíricas, algo da resultado o una cierta información, aunque no sabemos por qué. Por el momento este conocimiento no parece accesible, pero sería precoz demonizarlas porque no respondan a las herramientas clásicas aplicadas para juzgar. La categoría científica tiene el certificado de calidad pero no es objetiva, sino establecida, porque corresponde a un cierto tipo de pruebas y debe cambiar, porque a lo largo de la historia, varios paradigmas resultaron demasiado estrechos posteriormente. Hoy en día tenemos muchísimos tratamientos medicinales que no corresponden 100% al paradigma científico y que hemos aceptado que forman parte de, digamos, del mundo de la aplicación científica.
La meditación, sin embargo, sí cuenta ya con bastante base científica
El estado de despertar, es decir, de no pensar, es todo menos investigación científica. He asistido a numerosos congresos de ciencia y meditación y el estado del llamado “despertar” es todo menos eso. Lo que se investiga es sólo el comienzo de todo lo que se puede medir. El estado apersonal no se ha podido explicar en palabras ni se ha medido hasta ahora. Las investigaciones no dan explicaciones de determinados estados, como la conciencia o el estado de adualidad. Estamos sólo al principio de la investigación.
“La meditación no existe”
¿Es lo mismo espiritualidad que religión?
Espiritualidad es una palabra nueva. Los místicos no hablaban de ella, porque formaba parte de su religión. Lo interesante es que, con el paso del tiempo, sobre todo en los últimos 100 años, empieza a haber una diferencia entre espiritualidad y religión y ciertas prácticas comienzan a llamarse espirituales, pero la religión la entiende como la parte vivencial de la religión, mientras que cada vez más hoy en día utilizamos la espiritualidad como camino directo a la unidad, a una realidad más amplia, y no a un Dios de una religión determinada, y desde allí hablamos ya de una vivencia de la realidad con palabras más laicas y la espiritualidad se coloca independientemente de la religión, mientras que la experiencia religiosa queda más como una palabra relacionada con la oración.
Con ocasión de la visita de Willigis Jagger a Madrid* le escuché hablar del “mercado” de lo espiritual. ¿Algún consejo para distinguir la espiritualidad de lo que no lo es?
Espiritualidad es una palabra moderna, como meditación, que viene de la tradición cristiana pero que es una palabra “esponja” para designar prácticas completamente diferentes, porque no puedes saber lo que hace quien dice que medita o cuando alguien dice: “yo estoy en el camino espiritual o practico meditación”. No se trata de lo mismo. La meditación no existe. Es una postura en los monasterios tibetanos o cristianos. No se puede hablar de la meditación, sino de corrientes o posturas, por lo tanto no hay otra posibilidad que buscar y ser muy cauto, ver lo que se ofrece, preguntar y comprobarlo antes de comprometerse.
¿Cómo se inició usted en la espiritualidad?
Practico meditación zen desde la infancia. Por eso yo sólo puedo hablar de la meditación zen, donde no se trata de mejorar, sino que es una postura adecuada a la vivencia de la realidad como tal, y no a sentirse mejor o peor. El zen disminuye mucho el miedo, al meditar hay más sosiego en medio de lo que hay. Lo experimentas aunque las cosas sean como son.
“Cambia tu manera de pensar: si cambias la postura cambias el mundo”
Después de años viviendo en España, ¿ha encontrado muchas diferencias con respecto a Alemania?
La medicina psicosomática apenas está integrada en el sistema de salud público en España. En Alemania forma parte del sistema, en la actualidad hay 25.000 camas y la meditación se incluye como terapia.
¿De verdad podemos cambiar gracias a la meditación?
Tú proyectas tu inquietud. La vida no conoce conflictos como tal. Pasa en tu mente. Lo llamamos problemas. Así que: cambia tu manera de pensar. Si cambias la postura cambias el mundo. Si estás tranquilo, el mundo lo está. Si estás acelerado, tu mundo se acelera. El cambio es de dentro hacia fuera, porque hay tantas frustraciones en las personas que van buscando en la meditación un estado… pero, de algún modo, puedes estar meses y meses meditando y puede no haber ningún cambio. En un mundo tanta gente busca soluciones milagrosas, la meditación es fruto de un proceso. Se llega a este tipo de reflexiones porque algo en ti ha cambiado, no es que las cosas cambian sino que tú puedes experimentar el sosiego, porque no puedes hacer los cambios desde otro lugar: si tú estás tranquila, desde tu punto de vista tú lo percibes así e influencias en tu propia inquietud.
Hemos pasado unos días hablando de la (im)posibilidad de amar. ¿Qué es el amor?
Yo no sé si amar es un verbo, lo usamos como hacer, lo utilizamos mucho como verbo, es decir, en el sentido de “lo haría” o “no lo haría” y esto le da una limitación. El amor es el aspecto más importante del ser, y el ser es unidad. Por lo tanto sería un estado del carácter. Podríamos decir que es más una experiencia, si tú te das cuenta de lo que es uno, no de si haces o no. El amor ES, no “lo hago” o no; no “lo hay” o no. Nuestra percepción es limitada.
* De la mencionada visita de Willigis Jagger a Madrid, España, escribí en esta entrada en mi blog el 10 de julio de 2011. Leer post
Interesante el enfoque sobre conceptos como “espiritualidad” o “meditacion” que induce a un debate enriquecedor
Gracias Jordi por tus comentarios siempre tan acertados