“En el horizonte tenemos un acercamiento más plural a la medicina, centrada en el paciente, que ofrece un abanico más amplio de terapias potenciales y propugna no sólo un tratamiento holístico de la enfermedad, sino también la prevención, la salud y el bienestar”. Es el editorial “The Future of Integrative Medicine” publicado en The American Journal of Medicine. La Medicina Integradora ha evolucionado debido a la demanda del público y al interés de los profesionales y los estudiantes, que han hecho aumentar la investigación, el apoyo institucional y los programas educativos. Otro editorial del New England Journal of Medicine se hace eco de esta visión holística de la medicina.
El diciembre de 2020 ha tenido lugar el lanzamiento oficial del Grupo de Interés del Parlamento Europeo sobre Medicina Integrativa y Salud. Un estudio europeo situaba la tasa de pacientes que utilizaban medicina complementaria en 2009 en un 31 por ciento, el mismo que en Estados Unidos, donde el Centro Nacional para la Medicina Complementaria y Alternativa de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) facilita la investigación y evaluación de prácticas complementarias y alternativas e informa acerca de estas terapias. En España, algunos Colegios de Médicos como los de Barcelona y Madrid tienen secciones específicas y ofrecen programas de formación al respecto. También se empieza a dar cabida en los congresos a este tipo de técnicas.
Medicina integrativa, entre la medicina convencional y las terapias complementarias
La doctora Pilar Lianes, miembro de junta directiva de SEOM y jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital de Mataró en Barcelona, explica que estas terapias han de aplicarse en “una relación directa del equipo sanitario” que atiende al paciente, “más allá del tratamiento de la enfermedad” y para ello es esencial “disponer de toda la ayuda necesaria en forma de una medicina bien estructurada”. Para empezar, “hay que estar muy bien formado” en medicina y en la especialidad de la que se trate.
En su opinión, en España “hay un grupo de profesionales que es muy consciente de las necesidades del paciente y ha tenido acceso a herramientas que sirven a la persona, más allá de que esté enferma”. El problema es que esta formación no existe en los programas de medicina ni en la especialidad de oncología y como los médicos tienen una cantidad de material impresionante, “si no se da en el curriculum tiene que ser por motivación personal”, asegura la Dra. Lianes.
Como parte de una visión holística de la medicina, en Estados Unidos ya se “valoran las capacidades de conocimiento de otras habilidades en los futuros médicos, que participan en programas de ayuda a la población, sus intereses y lecturas… Esta concepción de los profesionales que van a atender a pacientes va más allá de la memorización y el conocimiento puro académico”. Allí la formación se realiza “desde una visión de la vida más amplia”, explica la jefa de Servicio de Oncología Médica del Hospital de Mataró en Barcelona.
En 2006, la Generalitat de Catalunya estableció un programa piloto de investigación en el hospital de Mataró. El proyecto consistía en ofrecer a los pacientes soporte con medicina homeopática, acupuntura y osteopatía además del tratamiento convencional. “Antes de empezar formamos a todo el personal implicado” y lo que se vio es que el paciente que nunca había oído hablar de estos tratamientos, cuando les ofreces una posibilidad la toman, porque se sabe que en Medicina Integrativa “las entrevistas son muchas más largas, el paciente dispone de 2 horas y no de los 15 minutos de la consulta habitual y además se hace una valoración global”, explica la Dra. Pilar Lianes.
Terapias complementarias para paliar los efectos secundarios del cáncer
En oncología se ofreció tratamiento homeopático o placebo a pacientes de cáncer de mama, que a menudo se quedan con síndrome de fatiga crónica. “El estudio se completó y no está publicado por falta de financiación y apoyos”, por lo que tampoco existen datos comparativos, “pero al menos hay una experiencia de investigación que es factible”. En Estados Unidos algunos programas se realizan en editoriales financiadas por un conjunto de filántropos, algo que raramente ocurre todavía en Europa en opinión de Pilar Lianes, miembro de junta directiva de SEOM.
La oncología integrativa combina la medicina convencional con las prácticas de la medicina complementaria y alternativa que han demostrado ser eficaces, asociadas al tratamiento médico como medida de soporte para el control sintomático, la mejoría de la calidad de vida y la contribución a la salud global del paciente, proporcionando una atención integral del paciente oncológico tanto en la dimensión física como en la emocional para aportar una atención y un tratamiento más completos.
En España, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) puso en marcha un buscador de terapias integrativas en la página web de Oncosaludable para que profesionales, pacientes y familiares puedan disponer de una información veraz y contrastada a través de unas fichas individuales y un apartado dividido en tres secciones: plantas medicinales, que aborda el empleo de productos vegetales con propiedades beneficiosas para la salud y la comercialización de fármacos obtenidos de la naturaleza; elementos y minerales, y terapia cuerpo – mente, técnicas complementarias que se pueden utilizar desde el diagnóstico y que ayudan a llevar mejor su impacto, los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos y la adaptación a la enfermedad.
Por su parte, la Asociación de Oncología Integrativa ha creado la primera guía práctica para las personas recién diagnosticadas de cáncer. Escrita por médicos y profesionales con amplia experiencia en oncología, en ella se dan pautas y consejos básicos para que una persona recién diagnosticada de cáncer pueda preparar su cuerpo y su mente durante las semanas previas al inicio de los tratamientos oncológicos (quimioterapia, radioterapia, cirugía), de modo que pueda recibir y tolerar mejor estos tratamientos, tanto a nivel físico como anímico con ayuda de la alimentación, complementos nutricionales, estilo de vida y terapias complementarias. Se trata de la primera guía a nivel mundial que se publica sobre el tema y todas las recomendaciones se apoyan en artículos científicos y la experiencia clínica de sus autores.
Muchas de las técnicas complementarias aplicadas para afrontar el diagnóstico de cáncer junto al estrés y los cambios vitales que conlleva tienen como substrato científico el uso de la Psiconeuroinmunología (PNI). Teniendo en cuenta que padecer un cáncer supone un estrés vital muy grave, que amenaza con agotar los recursos psicológicos de la persona, la Psicooncología aborda las consecuencias psicológicas de la enfermedad mediante dos enfoques de acción: el reactivo, que se centra en brindar apoyo para sobrellevar la enfermedad, y el proactivo, que busca restituir la salud de la persona. De este modo, la psicooncología se dedica al estudio, diagnóstico y tratamiento de los pacientes con cáncer y su evolución, así como al estudio de las reacciones psicológicas del paciente oncológico, su familia y el personal asistencial, a lo largo de todo el proceso de la enfermedad.