“No es un libro objetivo ni quiere serlo. Es personal y valiente y está escrito desde el sentir y la experiencia. En sus páginas hay un tipo de verdad que se siente en las entrañas”. Lo dice su editora al presentar en la Biblioteca Iván de Vargas de Madrid El placer femenino es clitórico, el nuevo libro de María-Milagros Rivera Garretas, que narra la historia de los vínculos entre mujeres. “La experiencia femenina hace mundo y es divina”.
María Miret García
@periodistia
“El placer femenino es clitórico” es el nuevo libro de Maria Milagros Rivera Garretas. “Un libro personal y valiente que está escrito desde el sentir y la experiencia” y que narra la historia de los vínculos entre mujeres. “En sus páginas hay un tipo de verdad que se siente en las entrañas”. El placer femenino es clitórico es un canto al goce existencial de ser mujer, a la grandeza femenina y al valor propio de las mujeres. Al sentir propio originario, al placer femenino libre.
“El placer femenino es siempre libre”
El placer femenino es clitórico es un canto al goce existencial de ser mujer, a la grandeza femenina y al valor propio de las mujeres. Al sentir propio originario, en palabras de María Zambrano. Al placer femenino libre. “El placer femenino es tan importante o más que la libertad”, asegura su autora, que se pregunta: ¿de qué te sirve la libertad si no tienes placer, si te equivocas de orgasmo? “El placer femenino es siempre libre”, corrobora la psicóloga Candela Valleblanco, que también ha participado en la presentación del libro. Y en medio de ese placer, emerge el clitoriano como “expresión de la divinidad, las entrañas y el alma”.
Toda mujer es clitórica y esta es la tesis principal de una obra que recorre la historia de mujeres como Sor Juana Inés de la Cruz, Emily Dickinson o la propia Zambrano para recordarnos que “toda mujer tiene clítoris y la competencia natural de disfrutarlo”. Si nadie se lo impide y nada interfiere, toda niña busca y encuentra de manera natural su placer clitórico. “La mujer clitórica no prescinde del placer, sino que lo incorpora”.
Para Candela Valleblanco se trata de un libro valiente que sacar a la luz la verdad de las mujeres y que conecta con nuestra propia experiencia femenina. “Hay un mundo a tu medida” para la mujer que se reconoce como clitoriana y desde ahí puede recorrer su propio camino. “Estamos en una batalla por lo simbólico y la primera es negar el orgasmo clitoriano”, porque “una mujer sin placer es más fácil de dominar”.
“Una mujer sin placer es más fácil de dominar”
Un libro afirmativo y placentero en palabras de su editora, a pesar de que algunos pasajes pueden resultar dolorosos. Y es que cuando hablamos de placer es casi inevitable hacerlo del dolor. Un dolor que existe por sí y por eso “no da nada más que dolor”, mientras que el placer “está o no está”. No es, por lo tanto, placer versus dolor, como nos han enseñado.
Adjudicárselo a las mujeres es una operación patriarcal en opinión de la autora, que recuerda que “estamos más acostumbrados al dolor y la economía de la miseria femenina” que al placer. “Cuando una mujer reconoce su placer y la grandeza, la miseria va cayendo sola”, asegura.
Frente al camino doloroso o vía crucis, Maria Milagros propone la vía del goce. “Tenemos una gran predisposición para la felicidad y el disfrute de la vida porque somos sus creadoras y criadoras”, recuerda. Sin placer una mujer se debilita, está triste y enferma. El placer “une, da certidumbre y consistencia”. Un placer que “no tiene antónimo ni está en lucha con nada ni con nadie, que no le quita nada al hombre”.
“El bloqueo y el miedo derivan de la escasez de placer clitórico”
El orgasmo femenino es clitórico y es de la matriz entera. Para Maria Milagros Rivera Garretas no existen vaginas, sino matrices. El orgasmo clitórico se reconoce porque irradia, asegura. El libro desmonta algunos de los mitos que todavía conservamos en torno a la sexualidad femenina. El del orgasmo vaginal es uno de ellos. “No es posible buscar el orgasmo clitórico por el vaginal”, asegura su autora, convencida de que la reducción del orgasmo clitórico al vaginal es un fraude del placer sexual: “equivocándonos de orgasmo, perdemos el placer de ser mujeres”, asegura.
La frigidez es otro. “La frígida no se equivoca nunca de orgasmo. Las frígidas saben cuál es su orgasmo y saben disfrutar del placer de ser mujer”. Así de contundente se muestra Rivera Garretas. Tanto como para abordar también las cuestiones que nos afectan a las mujeres de actualidad. “El alquiler de úteros se funda en que una mujer no piense en su criatura ni cuando la concibe ni según la va creando en su matriz”, denuncia, convencida de que esta práctica “solo es pensable en una sociedad que ha destruido el vínculo de las mujeres con su placer propio, el placer clitórico”.
La escritora tampoco tiene pelos en la lengua para denunciar la violencia hermenéutica, que en su opinión “es el fraude de la igualdad llevado al conocimiento. Es separarle a una mujer de su placer propio presentándole el masculino como placer universal”. Una violencia que ha servido para condenar al olvido el placer de ser mujer, que ha dificultado o impedido que una mujer elija serlo todos los días y noches de su vida y que prohíbe que una mujer disfrute del placer de serlo. “El bloqueo y el miedo derivan de la escasez de placer clitórico”. Es este el placer de ser mujer que se propuso erradicar la violencia hermenéutica. “Ver y percibir en femenino es lo que cambia el mundo deteniendo la violencia hermenéutica”. Mundo femenino que el patriarcado no ha conseguido nunca destruir.
“Una mujer sin patriarcado emprende su propia aventura”
La invención de la vagina en plena caza de brujas y la fundación de las universidades en Europa, por y para hombres, es el contexto que entre los siglos XIV y XV da lugar a la expropiación del placer a las mujeres. Hoy, en pleno siglo XXI, Maria Milagros Rivera Garretas defiende el fin del patriarcado, “un sistema de poder social que degrada” y que recuerda, “no ocupa la realidad ni la vida entera” de las mujeres. “Mucho del patriarcado era sostenido por el crédito que le daban las mujeres”, asegura convencida de que éstas han cambiado. “Una mujer sin patriarcado emprende su propia aventura”, dice.
Para la autora, el matriarcado no existe porque no se conoce que existan sociedades fundadas en el dominio femenino sobre el cuerpo masculino. Cree que el patriarcado ha llegado a su fin y asegura que estamos en la era de la perla, esa joya que nos ponemos en las orejas y que es uno de los nombres inmemoriales del clítoris. Perlas que cuelgan de las orejas de las niñas y perla clitoriana entre las piernas de las mujeres. “La liberación femenina no es algo por lo que luchar”, dice. “La liberación le pertenece por ser mujer y es siempre sexuada: te corresponde por ser mujer”.