Semen, testículos y testosterona se relacionan desde antaño con la hombría, la energía vital y el vigor sexual. El modelo sexual vigente, basado en la fantasía masculina, la heterosexualidad y la sexualidad con penetración, se perpetúa vía científica. La comercialización de la Viagra en 1998 coincide con el auge de información al respecto. “Este boom no se explica porque haya una enfermedad”, asegura Enrique Gavilán, médico rural director del Taller Medicalización de la vida cotidiana al que asistí hace unos años en la Escola de Salut Pública de Menorca, sino que se trata de enfermedades creadas “ex profeso”. Un ejemplo es la andropausia.
“Con la edad se producen problemas fisiológicos y de ahí se crean la enfermedad y el síndrome, cuando sin embargo no hay marcadores biológicos claros”, asegura. “La comunidad científica no tiene asumido que exista como enfermedad”, sino que para él es inventada: “es marketing, no evidencia”. En su opinión, “asimilar un factor de riesgo a una enfermedad es deshonesto”. El problema es que “si no se cuestiona el origen de la enfermedad y su validez científica, estás dando por hecho que existe”.
Andropausia ¿enfermedad real o inventada?
Enrique Gavilán explica que “en la andropausia no hay sufrimiento” como en algunos casos de THDA o síndrome premenstrual. “Quieren reeditar la menopausia en el varón con un discurso falso”, denuncia este médico de Atención Primaria en Extremadura miembro del Laboratorio de Polimedicados. ¿Hasta qué punto la enfermedad es un constructo social o biológico? En el curso hablamos de “disease mongering” o invención de enfermedades creadas, que sólo se combate con “disease awareness” o concienciación con información, a través de la educación y promoción de la salud.
El anhelo por la eterna juventud es propio de la humanidad. En una constante apelación al miedo, las campañas de concienciación hacia la acción se dirigen, en el caso del síndrome por déficit de testosterona, hacia el consumo. Por no hablar de los efectos adversos de la medicación y del cambio cultural que se produce por la evolución de un medicamento en el mercado. Desde que comenzó el auge del uso recreativo de la viagra, el hipogonadismo primario, que es el único problema médico demostrado, hay cada vez menos ensayos clínicos al respecto.
Los afectados son siempre los pacientes.