Y pensar que hoy en día, Robert Capa no habría podido pagarse una habitación en el Hotel Florida. La reflexión es de Manu Brabo. “No hacemos periodismo por dinero, es casi una militancia. Para hacer periodismo hay que militar”, dice el Premio Pulitzer 2013. El hotel Florida ya no existe, estamos en la cuarta planta de El Corte Inglés de Callao en Madrid y Brabo es uno de los ponentes de la sesión sobre Fotografía y palabra organizada por Frontera D en el Ámbito Cultural de estos grandes almacenes. Le acompañan Judith Prat y Anna Surinyach. Los tres forman parte del colectivo de 8 reporteros del Covid Photo Diaries, una iniciativa que “surge de una necesidad” de la mano de DKV Salud y Médicos del Mundo.

La cobertura de la pandemia ha centrado gran parte del debate. La sensación general es, como ya han denunciado a lo largo de estos meses profesionales como Gervasio Sánchez o desde Reporteros sin Fronteras, de censura previa. “No pude pisar un hospital hasta meses después, es casi una censura encubierta”, denuncia Judith Prat, que reconoce que “en algún momento nos hemos sentido muy solos en esa denuncia”. El propio Gervasio Sánchez ha escrito sobre la situación de periodistas y fotoperiodistas. “A lo mejor es que los medios hace tiempo que no están contando bien las cosas”, apunta Alfonso Armada, moderador del acto. “Muchos periodistas se han dedicado a contar lo que ocurría desde sus casas”, dice. Anna Surinyach recalca que “los medios tienden a no bajar a la calle más de lo necesario” y Prat matiza: “igual conviene diferenciar lo que se ha hecho de lo que hemos visto publicado”.

“El derecho a la información es de los más frágiles en estos momentos”

Acerca de la polémica por la publicación de algunas fotos, esta fotoperiodista recuerda que “todos los discursos son necesarios, pero para todos necesitas el contexto”. Para Manu Brabo, “el problema no es la foto, sino la manipulación para encajarla”. Y alerta: “el derecho a la información es de los más frágiles de este país en estos momentos”. Este reportero de guerra ha visto cómo “de la UCI se pasa a mucha gente a planta para que muera en planta, no somos conscientes del dolor que esto está generando”, y cree que “tampoco la sociedad está preparada” para la cobertura.

“Mientras haya sufrimiento en el mundo nuestra obligación es mostrar esas imágenes”. Alfonso Armada menciona las últimas reflexiones de Susan Sontag sobre la fotografía. “Estamos creando una sociedad infantil, inconsciente de que la muerte forma parte de la vida”, reflexiona Armada. Manu Brabo recuerda que “la vida es para sobrevivirla en la mayoría de lugares”, si no le cuentas las cosas “le estás quitando herramientas a la gente”. En su opinión, “al final lo que la gente no quiere es hacer procesos reflexivos, que pueden ser profundamente dolorosos”. Para Judith Prat, “al final la fotografía te interpela”.

En lo que están de acuerdo todos los integrantes de la mesa es que “el fotoperiodismo es una forma de estar en el mundo”. Se trata de informar: “yo aspiro a provocar una reflexión con la imagen”, dice Judith Prat. Para ella, “uno de los problemas de no haber mostrado esas imágenes es que acostumbramos a la población a no ver lo que es incómodo y los fotoperiodistas no estamos aquí para entretener a la gente”. Anna Surinyach está de acuerdo: “mi responsabilidad no es crear conciencia social, es contar lo que está pasando”. El problema es que “informarse cuesta un esfuerzo”, recuerda.