Willigis Jagger explica que la experiencia mística “sobrepasa los sentidos y la inteligencia”. Pero aclara que ese sobrepasar “no se debe entender como un aumento de la capacidad de los sentidos o de la inteligencia” sino que “se trata más bien de una calidad totalmente nueva de percepción”. Y asegura que “la evolución del ser humano tiende a que este ver místico sea algún día patrimonio de todos. Se trata”, según él, “de ayudar a los hombres a desarrollarse hacia esa nueva dimensión de la conciencia donde se percibe el origen común de toda existencia”. De “expansión de la conciencia” habla ahora la ciencia, el mismo término utilizado desde hace siglos por la mística. “El mundo tal y como lo vemos no es toda la verdad; es una verdad parcial”, confirma este monje benedictino en su obra La oración contemplativa. Por eso, denuncia, “la teología que solo ve lo divino con la mente no puede proporcionar más que una verdad parcial. La especulación teológica es la reflexión de la ola sobre el océano” que tan bien ilustra su libro sobre espiritualidad mística La ola es el mar. “La mística solamente indica que la facultad intelectual no sirve para captar la realidad entera”, dice.
La cuenta atrás ya ha comenzado. Las tradiciones religiosas hablan del «despertar» refiriéndose al proceso por el cual una persona llega a Dios. Ahora, la ciencia habla de este fenómeno en el sentido de «expansión de la conciencia«. Así se utiliza por ejemplo en Atención Plena. Los científicos insisten ya en la importancia de practicar meditación cada día y los trabajos sobre Conciencia Plena han demostrado ya los beneficios de esta práctica. Es algo en lo que grandes líderes espirituales llevan siglos insistiendo y ahora, meditar ya no es cosa de místicos.