En España, la gestación subrogada es ilegal. Según la Ley de Derechos Sexuales y Reproductivos se trata de una forma de violencia de género. La precariedad de las mujeres gestantes y la prosperidad de quienes alquilan sus úteros hace que se hable de “mercado reproductivo”.

María Miret García
@periodistia

Si hay un dolor inimaginable es el de la pérdida de un hijo. La presentadora y actriz española Ana Obregón perdió al suyo en 2020. Ahora, a los 68 años, se ha convertido en Miami en madre y abuela de una niña que sería fruto de la inseminación de su hijo fallecido a una mujer en Florida. 

No es la única. A sus 55 años, Miguel Bosé tuvo dos hijos, Diego y Tadeo, por gestación subrogada. También fueron fruto de ella Sabina y Carmen, las hijas de Tita Cervera. El actor español Javier Cámara fue padre de mellizos en agosto de 2017 en Estados Unidos. El presentador y locutor Jaime Cantizano fue padre de su hijo Leo un año antes, en 2016. En España, también el empresario hotelero Kike Sarasola y su pareja, Carlos, son padres de dos niños, Aitana y Enrique. Los televisivos Kiko Hernández, padre de las mellizas Abril y Jimena, y la ‘influencer’ Tamara Gorro, que fue madre de su hija mayor, Sheila, en 2015, completan esta lista en nuestro país. 

Ello a pesar de que la gestación subrogada es ilegal según el artículo 10 de la Ley 14/2006 sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida. En España, donde está reconocida como una forma de violencia contra las mujeres, se trata de una forma de violencia de género para la Ley de Derechos Sexuales y Reproductivos. También el PSOE, que no se muestra a favor de la gestación subrogada, la considera “una forma más de explotación del cuerpo de la mujer”. Ciudadanos es el único partido que la defiende sin remuneración y, junto al PP, es partidario de su regulación. Rafael Matesanz la compara con la donación y la venta de órganos. También es maltrato infantil para Ibone Olza, psiquiatra perinatal. Los niños nacidos mediante esta fórmula sí pueden ser inscritos en el Registro Civil. Solo entre 2010 y 2020 se registraron más de 2.520 bebés nacidos en el extranjero de este modo. La periodista Patricia Simón aboga por que se deje de permitir el registro, entrando en el proceso de protección del menor mediante acogimiento familiar o adopción.

El Parlamento Europeo y el Tribunal Supremo consideran los vientres de alquiler contrarios a la dignidad humana. Sí es legal la gestación subrogada en 15 países, como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia, Rusia, Ucrania, Georgia, Sudáfrica, India o Tailandia. En algunos casos solo se permite de forma altruista o para residentes. Fuera de nuestras fronteras, los famosos que han dado la bienvenida a la paternidad gracias a un vientre de alquiler son numerosos. El futbolista Cristiano Ronaldo y su mujer, Georgina, tuvieron a los mellizos Eva y Mateo, por ejemplo. El hecho de que son personas ricas quienes se convierten en padres o madres de este modo es una de las cuestiones más controvertidas. ¿Es lícito “comprar” bebés solo porque se tiene dinero para hacerlo? La pobreza de la otra parte, las mujeres que se quedan embarazadas por ese método, es la otra cara de la moneda. “Porque sí, hasta el duelo tiene clase; o mejor dicho, no todas las clases se pueden permitir el duelo”, escribe Irene Zugasti en El Salto Diario. Para ella estamos ante una cuestión de capitalismo, privilegio y desigualdad. De la clase y el duelo. 

 

“No todas las clases se pueden permitir el duelo”

 

Unas semanas antes de morir, Aless Lequio manifestó su deseo de ser padre. Por desgracia él no pudo cumplir los 30, dado que falleció con 27 años. Por duro que resulte, aceptar que eso nunca podría ocurrir es uno de los signos de que se está elaborando un duelo. Sin embargo, su madre decidió cumplir por él su sueño. El cumplimiento de las últimas voluntades es solo una de las aristas de este debate, que también incluye hasta qué punto se deben hacer realidad los sueños de una persona que ya ha fallecido en lugar de asumir su muerte, por muy difícil que sea aceptar la pérdida. En este caso, además, podría ser una señal de que se está produciendo un duelo patológico y no sano. “La que dice ser su madre y abuela a la vez presenta un duelo patológico”, aseguraba en su cuenta de Twitter la psiquiatra perinatal Ibone Olza. Otros expertos se muestran más prudentes. 

“Nunca opino sobre duelos concretos, aunque sean de ámbito público. Lo que puedo compartir, por si sirve, es que las formas de transitar un duelo son diversas y, aunque tengamos aspectos en común, es un viaje que se ve marcado por la particularidad de cada persona, su sistema de valores, las experiencias de su vida, los condicionantes educativos, etc.”, explica la periodista Silvia Melero Abascal, que en 2014 creó el proyecto Luto en Colores tras la muerte por suicidio de su hermana. “Cada persona tiene un recorrido único, vemos la punta del iceberg pero debajo hay mucho más, por eso hay una dimensión profunda que no siempre se conoce, en la que interactúan muchos factores”, dice la también autora del libro ‘Luto en Colores. Repensar la muerte para celebrar la vida’. “Personalmente no utilizo la expresión ‘duelo patológico’; entiendo perfectamente que se use, pero mi recorrido me ha enseñado a verlo desde un lugar más amplio. La vivencia por la pérdida de un ser querido va a acompañarnos siempre en nuestras vidas, ese hecho no lo vamos a cambiar nunca, pero lo que hacemos con esa vivencia, lo que esa vivencia deja en mí, sí lo puedo transformar”, en su opinión como facilitadora de talleres sobre el duelo y la muerte para el bienestar emocional. 

 

La precariedad de las mujeres que alquilan su útero

 

Pero además, otro de los problemas es que no se tiene en cuenta a la otra parte: la madre que, habiendo estado embarazada durante 9 meses, tiene que desprenderse de su criatura nada más dar a luz. Lejos de considerarse el embarazo y el parto solo como procesos fisiológicos, se olvida sus implicaciones emocionales, la necesidad del apego y la importancia del piel con piel, desarraigando al bebé del único cuerpo que conoce y desgarrando a una mujer que se tiene que recuperar de un parto y sacar la leche durante días interrumpiendo un proceso hormonal y emocional con graves consecuencias. La precariedad suele estar detrás de las mujeres que se prestan a alquilar su útero. 

 

 

“Como si de otro mercado se tratara, la posición económica y el estatus personal permitirá a cada persona acceder o no a una serie de técnicas y prácticas que, en última instancia, llevan a un hijo”, escribe Ana Requena Aguilar sobre la gestación como actividad comercial. “Hay, sin duda, grandes intereses económicos en juego, y no solo en la gestación subrogada. España hace negocio con sus clínicas de fertilidad”, asegura en El Diario.es apuntando a la lógica mercantil y los límites bioéticos de las prácticas médicas como guía de una conversación sobre la gestación subrogada como práctica mercantil. ¿A quién beneficia el mercado reproductivo? La investigadora Sara Lafuente Funes, especialista en reproducción asistida y bioeconomía, usa este término en su libro Mercados reproductivos

“Está habiendo una presión fuerte desde algunos movimientos feministas para que la donación de óvulos y la gestación por sustitución sigan estando prohibidas desde una perspectiva de no mercantilización de los procesos corporales”, reconoce en una entrevista y cree que el problema es no abordar la gestación subrogada y la donación de óvulos de manera conjunta, “cómo se construyen industrias en torno a la medicina y a la reproducción en concreto”. También Itziar Alkorta Idiakez, profesora de Derecho Civil experta en biotecnología, considera que la gestación subrogada es contraria a los derechos humanos, aunque defiende una regulación restrictiva si no se puede lograr una prohibición internacional. “Se suele olvidar que para la gestación subrogada también son necesarias esas mujeres que donan óvulos”, recuerda en la revista Pikara

 

Se deben garantizar los derechos del menor 

 

La diferencia de edad con los hijos o la avanzada edad de los progenitores suman leña al fuego de la polémica. Lo apunta la conocida “tuitera” La vecina rubia. Si hay algo claro es que los derechos del menor han de prevalecer por encima de todo. Usar a un bebé para recuperar la ilusión, por muy humano que sea, no parece el mejor modo de garantizar sus derechos. Tampoco traer a un hijo al mundo para no quedarse solo o sola. Para el poeta Luis García Montero, Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, la paternidad no puede ser un derecho. “La sustitución paulatina de la cultura por el entretenimiento es otra de las dinámicas que permiten que, en nombre de la maternidad y la familia, una mujer compre el vientre de otra mujer”, sostiene en InfoLibre. Más allá de que se trate de un deseo lícito, el de ser padre o madre. 

 

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Artículo publicado en Objetivo Bienestar el viernes 21 abril 2023